Entre los dos suicidios presidenciales entre (1891 y 1973), efectivamente, la democracia formal experimento aquí avances muy considerables. Desde 1891, la intervención gubernativa en los actos electorales se redujo a un mínimo. A partir de 1925 existió el Tribunal Calificador de Elecciones, garantizando el estudio y fallo independientes e imparciales de los reclamos sobre elecciones: este organismo tuvo rango a constitucional.
Hecho histórico de Chile

Desde 1941 las fuerzas armadas supervigilaron toda la elección, el día mismo que ésta se celebraba; así se impidió que los comicios fuesen desnaturalizados por la violencia. En 1958 con la “cédula única”, desapareció el cohecho como factor importante en las elecciones.
Y la masa votante se fue ampliando sin cesar: entraron a ella las mejores (1934 y 1949), los mayores de dieciocho años y menos de veintiuno y los analfabetos (1970). Además, los avances democráticos no fueron aquí solo formales. En 1970 Chile parecía haber alcanzado un nivel sorprendente en materias como libertades de expresión, conciencia y enseñanzas, respeto por la integridad física y la libertad de las personas; desprejuicio amiento étnico (salvo, quizás respecto al mapuche) independencia judicial, etc. Parecía también que la ausencia de grandes desniveles económicos, la vigorosa organización sindical, los progresos sociales, educación y servicio de salud gratuita, etc. Y el visible ascenso experimentado por muchos sectores medios y populares, nos garantizaban estabilidad y alejaban las grandes conmociones internas.
Sin embargo, en tres años este edificio tan atractivo y, a la vista tan sólido, se derrumbo definitiva e irremediablemente. Puede tenerse cualquiera opinión respecto de lo actuado por las fuerzas armadas con posterioridad a 1973. Pero es un hecho histórico indiscutible que, ese año, el país no tuvo sino la salida tomada: la militar. Por ende el régimen y gobierno resultantes, buenos o malos, no fueron la causa de lo sucedido en 1973, fueron su consecuencia y corolario inevitable. Y lo ocurrido en 1973, naturalmente, no pasó solo dicho año, venia de mucho más atrás.
Fuerzas armadas chilenas

La clave del derrumbe democrático, pues, reside en el Proceso por el cual la misma democracia chilena se fue desarrollando una enfermedad congénita, oculta y fatal, llevaba a aquélla hacia la muerte y no nos dábamos cuenta… Es importante ahora, cuando queremos y buscamos constituir otra democracia, saber qué enfermedad mató a la primera. Por eso es tarea para los políticos y los “politólogos”. El presente esfuerzo investigador solo aspira a darles los elementos históricos necesarios en su análisis.
Desde luego, un método limitado porque se funda solo en impresos, documentos, libros y periódicos oficiales. Apenas ocasionalmente aprovecha el rico material que yace en los archivos particulares de personas y entidades. Quede en la tarea indispensable de estudiarlos para futuras generaciones; con ella corregirán o ampliarán esta investigación. En seguida, lo usual y lo lógico parecería ser, dar primero la historia cronológica de un periodo, y luego, como complemento, describir la sociedad durante el mismo periodo.
Aquí se ha hecho a la inversa. La primera parte de la colección pinta a la sociedad chilena entre 1891 y 1920, en tanto la segunda, cuenta el desarrollo histórico cronológico durante el mismo lapso. La razón para haber elegido este sistema es sencilla. Ser parte historiando una sociedad ya constituida (la chilena, el año 1891). Por ello, si previamente no se describe cómo era esa sociedad, su posterior desarrollo en el tiempo se hace imposible o muy difícil de entender.